martes, 2 de junio de 2009

SUEÑO SOBRE RIELES...

Como sin quererlo,a Irina la vida se le fue pasando ,acunando como a niño de brazos, a la esperanza.
Todas las tardes, partía hacia su ritual acostumbrado... vestida de punta en blanco como para una fiesta .
Sus ojos brillaban como la primera vez de aquel encuentro.
No tuvo más que esa vez;la única noche en que sintió arder su piel y tener a su hombre junto a ella.
Y el amor envolvió su mente haciéndole perder la cabeza; como mariposa que se embriaga frente a la luz cegadora,ella se entregó al amor.
Se llamaba Miguel.
Creyó haber alcanzado el cielo con sus manos...
Confió ciegamente en sus palabras, susurradas calientes al oido.
Y creyó todo lo que él le dijo.
Esa noche se amaron intensamente,Se besaron,como dice la cancion,hasta las sombras...
Y nada más la llenó de alegría haber sentido su abrazo viril y el vientre ardiendo de pasión.
Su vientre, que en los meses que siguieron comenzó a crecerle, cobijando una vida soñada de a dos.
El tuvo que partir ,en búsqueda de sustento,siguiendo un imposible que aplacara,la miseria que tenía. 
Con el corazon apretado, se fué dejandola sumergida en un mar de promesas y besos flotando por el aire...

Con el último pitido del tren, ella instaló en sus ojos la ultima imagen que logró tener de su amado.
Así fue pasando el tiempo....creciendo el fruto de su amor en sus entrañas y anhelando la llegada prometida.
Pero ninguna de las cosas añoradas ocurrieron;su niño quedó en el camino y levantó vuelo al cielo y su hombre...su hombre tardaba en volver .
Ella lo mismo, esperaba...esperaba.
Todos los sábados, acompañando la caída del sol, lucía el mismo vestido con que Miguel la conoció y allá iba ,sonrojada sus mejillas,a esperar la llegada del tren.
Sentada con sus manos entrelazadas,miraba sin ver en la lejania,soñaba sin sueños,vacía su vida.
Y así se le fue muriendo la piel a Irina,y las esperanzas puestas en el regreso se fueron dilatando,pero nunca muriendo del todo.
Y allí estaba ella,espectante,guardiana de ilusiones truncadas por el destino,sola sentada en un banco de aquella estación de pueblo.
Harta un día de tanto esperar y sintiendo que el camino se le hacía muy largo hasta la estación y sus pasos cada vez más cortos y pesados,dijo basta !!
Irina se cansó de la vida,se recostó sobre el banco de siempre,espero el ultimo pitido del tren y subió...en aquella estación para iniciar su viaje,hacia la nada...hacia el encuentro con su niño...hacia sus sueños.

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